Opinión y discusión acerca de temas de actualidad, a nivel nacional (Colombia) e internacional

24 oct 2010

Acerca de por qué no apoyo la candidatura de Álvaro Uribe para alcalde de Bogotá

ARTÍCULO DE OPINIÓN
HUMOR

Por Javier González


En estos tiempos, en los que estalló el vergonzoso escándalo de la supuesta corrupción en la contratación pública en Bogotá, y en vísperas de que termine la administración de Samuel Moreno e inicie otra campaña por la alcaldía de Bogotá, en la ciudad se respira un ambiente de inconformismo, marcado por la problemática de movilidad (trancones, lentitud en obras, el mal estado de las vías, entre otras), inseguridad, el futuro del metro, la educación, en fin,  es evidente que los ciudadanos exigen drásticos cambios en la manera de orientar y dirigir la ciudad, cambios que muchos, tal vez en su inocencia, creen sólo Álvaro Uribe puede llevar a cabo. Al respecto, me surgen muchas dudas y comentarios.
 
En primer lugar, pueden llamarlo regionalismo, pero que un paisa gobierne a Bogotá me resulta una idea descabellada y absurda, aclaro que no tengo nada en contra de los paisas, sin embargo, no concibo a Uribe promocionando entidades distritales en su peculiar acento paisa, o promoviendo turísticamente a Bogotá con su particular “Hijitos": bienvenidos a Bogotá, en segundo lugar, no  imagino a Uribe localidad por localidad, llevando a cabo sus ya tan reconocidos y distintivos consejos comunales, que tal vez ahora llevarían por nombre consejos barriales, en ellos probablemente prometería solucionar problemas de vías y educación que afectan a la comunidad, y regañaría con fuerza y vigor a sus alcaldes locales, en tercer lugar no sabría si desde el palacio de Liévano estando tan cerca de la casa de Nariño, Uribe, le pediría a el presidente Santos su aprobación en proyectos y obras, o si por el contrario, Santos teniendo tan cerca a Uribe le solicitaría su atorización y visto bueno en los propósitos y planes que desee llevar a cabo en el país. Con certeza no lo sé.

Del mismo modo, me pregunto: ¿cómo sería la relación de Uribe y su gobierno distrital con las demás provincias y regiones?, ¿acaso se la viviría atacando verbalmente a sus vecinos? Y también pregunto: ¿cuál sería el mecanismo para garantizar la seguridad en Bogotá? ¿Emprendería la “seguridad democrática” a nivel local, fortaleciendo la policía distrital, y dejando en un segundo plano a la educación y a la alimentación de los bogotanos, justificando dicha acción con el garante de que la ciudad se encuentra protegida e inmune a terroristas? Además  visualizo a Uribe invitando de modo incesante, a los delincuentes comunes a desmovilizarse, de lo contrario habría fuertes ataques y operaciones en contra de dichos sujetos, a quienes no tardaría de tildar de “terroristas”.

Probablemente Álvaro Uribe, de la mano con Juan Manuel Santos, promovería la reelección de alcaldes y gobernadores, y de resultar favorecido, se mantendría como alcalde de Bogotá por no menos de tres periodos, ya que continuamente las encuestas lo tendrían en los más altos escalafones de popularidad, motivo suficiente para que los bogotanos pensáramos que puede amañarse 12 años en el palacio de Liévano o incluso más.

¿Será este el futuro que nos puede proporcionar Álvaro Uribe como mandatario de la segunda administración más importante del país, después de la presidencial, o será que los bogotanos ya estamos preparados para un alcalde que pueda tomar las riendas de la ciudad, y que mediante acciones claras y eficaces, logre solucionar las problemáticas que actualmente aquejan a nuestra ciudad, como lo son movilidad, corrupción y seguridad? dejo el tema en el tintero, para que las próximas elecciones en Bogotá, estén marcadas por la conciencia, la reflexión y la percepción, más que por fugaces pasajes de popularidad del mandatario de moda.

"Quien siembra vientos, recoge tempestades"


Les comparto una dramatización del tradicional dicho"Quien siembra vientos, recoge tempestades", Tengan cuidado, puesto que está dramatización cada día se hace más real en nuestra sociedad

Homenaje a Jaime Garzón, a propósito de 11 años de su cobarde asesinato

20 oct 2010

Por un análisis más justo de la energía nuclear en Venezuela

ARTÍCULO DE OPINIÓN

Por Javier González 


Debo decir que no me sentí de ninguna manera cómodo, ni satisfecho leyendo ciertos pasajes del artículo “Venezuela nuclear: análisis de riesgo” de Víctor Álvarez Riccio en el sitio web “analítica.com”, primeramente porque el sitio web (que se supone “analiza” temas de actualidad) en este particular caso lo único a lo que apunta es a hacer una fuerte crítica al plan de energía nuclear que está llevando a cabo el gobierno de Hugo Chávez con Rusia, y en vez de plantear una posición objetiva y analítica de las razones por las cuales Venezuela emprendió este proyecto con fines pacíficos, el articulo por el contrario se empeña es en desmeritar este esfuerzo que hace el gobierno venezolano para poder suplir, solucionar y de alguna manera poder hacer frente a la actual crisis eléctrica que aqueja al hermano país.

Dejando a un lado mis inclinaciones políticas, considero que proyectos como este, pueden resultar beneficiosos e incluso exitosos, si son manejados con responsabilidad y con el enfoque que han dado países como Rusia, irán y ahora más recientemente Venezuela, es decir desde la perspectiva de generar ayuda y auxilio, desde un fin eminentemente pacifico, y que no ponga en riesgo de ningún modo a la región.

Y es que en este contexto, de desprestigio y demérito a lo que remite a lo nuclear, es de interés recalcar que la energía nuclear, manejada con sensatez, cautela y prudencia, puede resultar ampliamente rentable, provechosa y útil en industrias como la petrolera y la minera, además de contribuir a la medicina y a la optima producción de alimentos, entre otras. Sin embargo vuelvo y aclaro, si se maneja con responsabilidad, pues soy consciente de lo peligrosa e incluso insegura, que puede resultar siendo la energía nuclear si no se le da un uso adecuado, no sería feliz viendo cómo se gesta en mi región otro incidente como el de Chernóbil.

Rescatando algunos apartes del artículo, en donde se subestima el poder (beneficioso) que puede llegar a tener la energía nuclear, como mecanismo de solución para la crisis eléctrica, alegando que la prioridad del gobierno es recuperar la capacidad termoeléctrica, el articulo olvida los proyectos y obras en ingeniería e infraestructura, que actualmente está realizando el gobierno para construir y poner en funcionamiento plantas de generación eléctrica, además de ignorar que la energía nuclear también puede llegar a solucionar dicho problema.

En su defensa el articulo manifiesta que el gobierno no debería estar impulsando proyectos nucleares, sin antes hacerle frente a la recuperación de la capacidad termoeléctrica, sin embargo, desde mi punto de vista, en primer lugar, el gobierno si está cumpliendo con las obras que mejoran y que de una vez por todas solucionan el problema eléctrico, y sin ser ciudadano venezolano, ni residir allí tampoco, me atrevo a decir que dichas obras son evidentes y que sus resultados son indiscutibles, puesto que se han reducido considerablemente las problemáticas, contratiempos y dificultades que tenían que padecer, en tiempos pasados, los ciudadanos venezolanos. Y en segundo lugar, me parece que en vez de estar criticando, cuestionando y reprendiendo propuestas como estas, se debería elogiar, felicitar, y si se quiere analizar, de manera más ecuánime claro está, al gobierno, por estar buscando mecanismos diferentes y más rentables para solucionar no sólo el problema de la crisis eléctrica, sino también para resolver percances en la alimentación, la refinería y la ganadería, por citar algunos.

Finalmente me llama la atención un aparte del artículo, que en mi opinión resulta algo contradictorio con la tesis que defiende el mismo: “el presidente Barack Obama enfatizó que "Venezuela tiene derechos a la hora de desarrollar pacíficamente el poder nuclear pero también tiene obligaciones (...) de no convertirlo en armas", y digo contradictorio, porque los Estados Unidos, uno de los más grandes (por no decir el mayor) opositores de la energía nuclear a nivel global, es capaz de reconocer y aceptar la autonomía y libertad de Venezuela para desarrollar de modo pacífico la misma, recordándole al gobierno las obligaciones y compromisos a los que debe estar sujeto, mientras que el artículo, en vez de manejar la posición de Obama, se enfrasca en convencer al lector que la energía nuclear es un riesgo, y que de ningún modo puede ser algo provechoso para la republica, negando de este modo la autonomía con la que cuenta el gobierno para tomar decisiones y llevar a cabo medidas para establecer el bienestar común.

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